Un domingo realmente especial el vivido aquí en Pasay City. Después de la Celebración Eucarística animada por las hermanas coreanas y como siempre, alegrada por cantos en diversas lenguas, profundizamos nuestro conocimiento de los continentes de Asia y Oceanía.
Nos habló un joven y muy preparado obispo asiático, mons. Luis Antonio G. Tagle. Fue un fascinante viaje en la multiforme realidad de estas tierras, encrucijada de pueblos, culturas, razas y religiones, donde la Iglesia católica, desde 1974 optó por el diálogo como camino de anuncio de Jesucristo y recorre la vía del discipulado y de una profecía que se hace también denuncia de todo lo que mortifica a la persona humana.
Nos habló un joven y muy preparado obispo asiático, mons. Luis Antonio G. Tagle. Fue un fascinante viaje en la multiforme realidad de estas tierras, encrucijada de pueblos, culturas, razas y religiones, donde la Iglesia católica, desde 1974 optó por el diálogo como camino de anuncio de Jesucristo y recorre la vía del discipulado y de una profecía que se hace también denuncia de todo lo que mortifica a la persona humana.
Mons. Tagle nos habló de desafíos grandes pero concretos, poniendo así una premisa eficaz para el trabajo posmeridiano. En diversos grupos, las hermanas se interrogaron sobre la realidad concreta de estos dos continentes y sobre la necesidad de encontrar modalidades apostólicas y estrategias para responder a los desafíos emergentes. Los tiempos están maduros para comenzar a trazar las coordenadas de un Proyecto de rediseñación a nivel continental